martes, 1 de diciembre de 2009

BLACK STONE CHERRY, Madrid, Sala Caracol. 30 de Octubre de 2009.

El futuro del rock está garantizado.



No soy un asiduo de los canales de videos musicales. En general no contienen más que bazofia de distinto formato con contadísimas excepciones. Dejando aparte los que son directamente un compendio de porquería musical con alto grado de pestilencia sonora.

El único salvable en determinados momentos es VH1 y especialmente en esas horas de la noche en las que se convierte en VH1 Rocks. Pues bien, una noche hace tiempo en dicho canal apareció una banda de la que no tenía ninguna referencia. A los pocos segundos llamaron nuestra atención. La canción era Hell and High Water y el grupo era Black Stone Cherry.
Después de esto pronto tuvimos su primer disco y empezamos a seguirles sobre todo a través de Myspace. Tras habernos planteado un viaje a uno de sus conciertos, en la gira que telonearon a Def Leppard y Whitesnake, cuando vimos que iban a tocar en Madrid se convirtió en cita obligada. Y un acierto pleno.



Son una banda jovencísima, procedente del profundo Kentucky. Sus raices y sus influencias están claras en su música. Y hacen rock puro y duro. Basándose en la voz profunda y personal de Chris Robertson, que tiene el desgarro y la profundidad bluesera precisa.



El concierto cerraba su gira europea y desde la primera nota fue un derroche de fuerza y marcha. El batería, John Fred es un aporreador de alto voltaje, una máquina rítmica. El guitarrista Ben Wells con su melena rubia al viento a base de headbanging no paraba un momento y lo mismo el bajista Jon Lawhon.

Salvo un pequeño interludio más tranquilo, fue todo un desgranar de poderosas canciones a ritmo de guitarreo desenfrenado. El repertorio fue un compendio de sus dos CDs y además nos deleitaron con un par de selectas versiones de Lynyrd Skynyrd y Muddy Waters, lo que deja bien a las claras de donde vienen y hacia donde quieren ir.



Se notaba que acababan la gira, había un gran ambiente de fiesta que se plasmó en una coña que el público, entregado desde el primer momento, aceptó con gran cachondeo. Los roadies fueron presentados como "The Heaviest Band in the World" y tres de ellos se hicieron con los instrumentos. El de guitarras, hermano de Chris y el que cogió el bajo además de rasguear en el más puro estilo Death Metal, se desgañitaron aoltando berridos entre el alborozo general.

La fiesta acabó con todo el equipo en escena, demostrando que se lo han pasado bien girando.

Resumiendo, un conceirto lleno de energía con momentos de altísima calidad, especialmente, como no, esa pedazo de canción que es Lonely Train.

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