lunes, 9 de noviembre de 2009

RECORDANDO 2000 YES MADRID LA RIVIERA


Metidos en el atasco en dirección a La Riviera, notando las mariposas aletear en mi estómago, mientras escuchamos Homeworld. Son las 19:30 apenas 90 minutos antes del concierto.

Ya hay gente esperando, parece que no vamos a conseguir primera fila, pero bueno, en cualquier caso estaremos cerca. Mientras espero descubro que no soy el único que ha estado en Londres, allí junto a mi hay dos fans ingleses que ya los han visto en esta gira, uno en Londres y el otro en Houston. Coincidimos en que el show es fantástico.

Afortunadamente no hay que esperar mucho y a las ocho las puertas se abren y entramos. Perfecta colocación, segunda fila (no hay ningún problema para nosotros, somos altos jeje) justo enfrente del micro de Chris.

El escenario es pequeño, tan pequeño que el logotipo que habitualmente ha colgado a espaldas de la banda en toda la gira, no está. Se puede ver perfectamente el montaje de guitarras y bajos de Billy y Chris a la derecha y el de Steve a la izquierda. El técnico de Steve está ajustando las guitarras. Y allí está el "monstruo" el bajo de tres mástiles…

Seguimos conversando mientras esperamos, la gente alrededor nos pregunta sobre el concierto de Londres, evidentemente les anunciamos que van a ver algo impresionante, yo no puedo más que avisarles que Awaken es tremendo. La Riviera se va llenando poco a poco, hay una gran expectación según se acerca la hora.


Mi móvil suena y suena, somos muchos amigos los que venimos al concierto y que esperamos encontrarnos: Junto a mi hermano Mauricio y Carolina, su novia, que ya son veteranos (también es su segundo concierto en una semana), Patricia, mis tres hermanas, mi cuñado y mi sobrino, dos de mis amigos de la infancia, Alfonso (empezamos juntos a oir a YES a los 14 años) y Javier con su mujer, varios compañeros de trabajo y Pedro (quoqaq_2000) del club de Yahoo. Cuando ya empiezan las apreturas aparece mi cuñado con José, mi sobrino de 11 años. Solo vienen a saludarnos (el sitio en el que estamos es demasiado agobiante para él). El crio está emocionado, con la camiseta de The Ladder que le traje de Londres. Le hacemos pasar un poco de vergüenza al cogerle en brazos para hacer una foto. Al poco rato llega Javier, él si se queda con nosotros pero mandamos a Inma, su mujer con el resto de mi familia. Desgraciadamente Alfonso llega más tarde y no consigue alcanzarnos. Se queda ¡¡TRES FILAS!! más atrás.

La expectación va subiendo, se palpa en el ambiente. Y por fin empieza a sonar la Firebird Suite y YES aparecen en el escenario, cada uno con su traje habitual, aparentemente el único que varía siempre dentro del mismo estilo es Billy.

El repertorio es exactamente el mismo que hace unos días pero las sensaciones son completamente diferentes, estamos casi tocándoles, respirando el mismo calor y sudando juntos. Estando tan cerca el sonido procede de los speakers del escenario mayormente por lo que no es tan brillante como más atrás por lo que luego nos comentaron, pero las sensaciones son indescriptibles. Estoy a pocos metros de Chris Squire y es como un sueño.



No me voy a extender sobre las canciones demasiado, el repertorio es el habitual de la gira, sin ninguna concesión pero al grupo se le ve muy cómodo con él. Se ha dicho muchas veces en estos meses y es cierto, la combinación de clásicos con las canciones de The Ladder es perfecta, se nota que ellos están muy satisfechos con el nuevo material y tanto Homeworld como It will be a good day pronto serán auténticos clásicos. Face to Face sonó muy poderosa y esta vez sí pudimos bailarla convenientemente.




Sobre todo me gustaría contar otro tipo de sensaciones, debidas a la proximidad. En un un momento dado, al terminar una canción, no recuerdo cual Chris parece completamente agotado, sin respiración, como si toda la energía le hubiera abandonado….se descuelga el bajo, bebe un poco de agua, se lo cuelga de nuevo y cuando arrancan con el siguiente tema la fuerza de la música le arrastra y el cansancio se esfuma…A Chris además le gustan las rubias, Patricia, la amiga que está delante de mi es una preciosa rubia a la que él miró y miró durante el concierto, especialmente cuando ella bailaba Face to Face…Chris además tiene buen gusto

Jon en su habitual parlamento sobre The House of Yes, comenta sorprendido el extraño lugar donde están tocando….La Riviera, tiene algún problema con el español, sobre todo con la traducción de New Song…Mauri le grita ¡¡Nueva canción!! una y otra vez. Los contactos visuales con Jon son constantes y sentimos fluir la magia desde él al público y viceversa. La sensación de que Jon tiene un don especial cada vez es más fuerte.




Tuve una divertida anécdota con Billy. Durante algún tiempo un par de globos bailan sobre el público, cuando Billy está saludando después de interpretar Hearts, uno de ellos choca con uno de los focos y estalla estruendosamente. Todos se rien cuando Billy finge que le han disparado. Más tarde, estando Billy en su micro cantando, el otro globo estalla otra vez cerca de él, se sonríe y me mira. Yo le hago gestos y le digo que es por su culpa. Él se ríe con ganas y cabeza ostensiblemente No, No, No…yo le contesto Sí, sí, sí…y él insiste, No, no, no…los dos nos reímos mucho.



Cuando el grupo se va después de All Good People, me vuelvo y olvidándome de todos los demás cojo la mano de Alfonso que está aún ahí detrás y tiro de él salvajemente para que se una a nosotros (tenía que haberlo hecho antes pero bueno). Los viejos amigos juntos de nuevo viendo al Maestro interpretar Clap y disfrutamos del final bailando Owner y Rondabout.




Y llegó el final, no más música de Yes en directo, pero todavía quedan emociones. Flotando en una nube me voy encontrando con amigos, compartiendo la felicidad que me llena. Todos sabemos que hemos asistido a un momento especial y yo soy afortunado de poder compartir la experiencia con la gente que quiero, con mi familia y mis mejores amigos. Tras hacernos una foto todos juntos nos vamos a la salida de artistas a esperar a la banda.



No voy a hablar de la estúpida actitud de la gente de seguridad. No merece la pena, pero de verdad, fue lamentable.

Billy salió el primero, solo. Mientras firma a varias personas me acerco por detrás a él y le digo "Billy, debes tener cuidado con los globos" Se vuelve sonriente y me reconoce con una carcajada. Entonces le recuerdo que en Londres le dije que le vería. Y efectivamente, me recuerda. Me firma la entrada del Albert Hall, a la vez que le traduzco algunas de las cosas que la gente le está diciendo. Y entonces se produjo otro momento especial. Llamé a mi sobrino y cuando el chaval se acercó se lo presenté a Billy. Ël, con una gran sonrisa se agachó para darle la mano y le dijo "Hola". José estaba encantado, aunque muy cohibido. Con algunas dificultades conseguimos hacer una foto abusando de la paciencia de Billy. El se despidió educadamente pero aún tuvo tiempo para charlar un poco con un fan en silla de ruedas que estaba más atrás.




Al cabo de un rato, salieron Jon, Steve y Igor. Este último prácticamente saltó dentro del coche, pero Jon y Steve se dirigieron tranquilamente hacia los fans. Me lancé hacia Jon con mi foto de Londres en la mano intentando que la firmara. Él me estrechó la mano y me dijo con voz queda "no sign, no sign" me quedé sin habla. Estaba junto a Jon Anderson, intenté decirle lo mucho que le admiraba, aunque solo conseguí decir "eres el mejor Jon", y entonces su cara se iluminó y dejándome atrás se dirigió con una sonrisa a estrechar la mano de mi sobrino. Nunca podré agradecerle bastante el gesto, creo que mi sobrino nunca olvidará la experiencia.

Jon y Steve se despidieron y partieron. Esperamos un poco más y Alan White apareció. El perfecto caballero, sonriente y atendiendo a todo el mundo. Me acerqué a él y le dije "me recuerdas?, te dije en Londres que nos veríamos en Madrid." Alan me miró y contestó, "Sí te recuerdo". En una breve conversación le felicité por el show y le pedí que volvieran pronto.

La gente se fue retirando, ya no quedaban más coches esperando, así que nos fuimos. Nunca sabré si Chris Squire salió por otra puerta o simplemente estaba haciendo honor a su apodo y seguía en la ducha, The Fish always.

Y así terminó una experiencia mucho más allá de la música. Algo que recordaré para siempre. Más momentos inolvidables que añadir a la gran colección de Yesmomentos de mi vida.

En la foto con Billy parece que toda la intención de mi hermano era cortarnos la cabeza.

Y esto es loque entonces escribió mi sobrino, ahora no le dejarían entrar en La Riviera gracias a la ley de Gallardón, que tan útil ha resultado para impedir el botellón:



" Al principio, antes de Navidad no me lo creí, pero después, cuando mi tío me dijo las canciones y los discos que tenía que poner, me entraron como ganas de llorar.

El viernes 25 de Febrero de 2000 ibamos hacia La Riviera en coche, mis tías y mis padres comiendo sandwiches de Rodilla.

Cuando llegamos (yo en manga corta para que se me viera la camiseta de Yes que me había traído mi tío de Londres) me entró un cosquilleo en la tripa. Por fin entramos, estaba todo el mundo apelmazado ante el escenario. Pasamos mi tía y yo como pudimos y entonces mi tío me cogío y me dió mucha verguenza.

Luego nos fuimos detrás.

El concierto se me hizo muy largo aunque me gustó. En el fondo del escenario proyectaban dibujos con los focos. Las canciones me gustaron más que en el CD. Todo estaba muy bien organizado. Cuando sonaba fuerte de golpe se encendían unos focos rojos arriba, me parecía muy espectacular.

Luego salimos fuera y esperamos a que salieran, nos firmaron poster. Yo me hice una foto con mi tío y Billy Sherwood."


viernes, 6 de noviembre de 2009

RECORDANDO 2000 YES ROYAL ALBERT HALL





19 de Febrero de 2000

Desde el momento en que compré las entradas para el Albert Hall, sabía que el fin de semana sería especial. Incluso cuando descubrí que lo que se prometía en YESWORLD no era cierto y las entradas estaban bastante lejos.



El Royal Albert Hall es un teatro impresionante con un aforo de unas 8000 personas todos sentados. Mis asientos estaban en la parte superior, enfrente del escenario y en la fila 1, por lo tanto no había nadie delante y teníamos una buena vista completa de todo, eso sí, un poco lejos. Más o menos en el centro del patio de butacas y colgando del techo está el sistema de sonido, por lo tanto teníamos una posición inmejorable para escuchar la música.

Antes del concierto me encontré con Chris, un amigo del club de Yahoo, para intercambiar unos discos. Tomamos unas pintas en un pub cercano donde otros fans se estaban reuniendo. Se respiraba un gran ambiente. Allí se nos unieron mi hermano Mauri y Carolina, su novia, que me habían acompañado desde Madrid, así como Steve, amigo de Chris con sus tres hermanos, todos incondicionales de YES.



Alrededor de 45 minutos antes del concierto no podía sujetar mi impaciencia y dejando a nuestros nuevos amigos ingleses en el pub nos dirigimos hacia el Albert Hall, rodeados de muchos otros fans que se encaminaban hacia el show.

Antes de llegar tuve que luchar un poco para comprar el programa de la gira (que ahora es mi tesoro como luego contaré) y un par de camisetas, para ir adecuadamente vestido al concierto en Madrid.

Entramos y subimos hasta el tercer piso para llegar a nuestros asientos. La vista del teatro resulta muy impactante, por su forma elíptica. Encontramos nuestros asientos y nos dispusimos a disfrutar. En el ambiente sonaba música accidental, nada identificable.

Hacia las 7:45 se empezaron a escuchar las primeras notas de la Firebird Suite de Stravinsky, que fue recibida con una estruendosa ovación por parte del público. Esta ovación se hizo ensordecedora cuando la banda pisó la escena. Todo el teatro aplaudía en pie mientras Jon, Steve, Chris, Alan, Billy e Igor se colocaban en sus posiciones.



Con la fanfarría final YES atacaron los primeros compases de YOURS IS NO DISGRACE. Al principio el sonido de los teclados se diluía un poco pero fue fijado muy pronto y fueron 10 minutos impresionantes, con Steve Howe demostrando una vez más que es el guitarrista más versatil que hay actualmente. El final de la canción apoteósico llevó a todo el mundo a aplaudir furiosamante puesto en pie durante largos minutos. Cuando los aplausos se acallaron Jon cantó el estribillo de Time and a Word practicamente a capella, con un pequeño acompañamiento al piano e inmediatamente HOMEWORLD. Indiscutiblemente el punto más alto de The Ladder y en directo es aún más espectacular si cabe. Las guitarras de Steve y Billy hacen un trabajo impecable y la sección de ritmo brinda un soporte tremendo. Sobre ellos la voz angélica de Jon Anderson. Es difícil de creer pero la voz de Jon suena igual que siempre, eterea y maravillosa, un auténtico regalo de los dioses. Especialmente el final, con la guitarra acústica fue indescriptible.

Jon agradeció a todo el mundo que estuviéramos allí afirmando que era un honor estar en un lugar como este después de 30 años. Luego declaró al Albert Hall durante dos noches, como ha venido haciendo en cada uno de los sitios visitados The house of YES.

Con el final de su parlamento Steve atacó furiosamente los acordes de Perpetual Change. ¡Asombrosa versión!. Tras la potente entrada la canción deriva en un melancólico remanso llevado por el bajo y la guitarra sobre el que Jon desgrana notas divinas. La canción llega a puntos altísimos con Steve Howe absolutamente majestuoso en cada uno de sus solos. Billy Sherwood además le añade contrapuntos de guitarra que aparecían en el disco y que evidentemente Steve no puede reproducir solo.



Tras Perpetual Change Jon anuncia dos temas de The Ladder, Lightning Strikes y The Messenger. Jon nos cuenta la historia de Bruce Fairnbain (aplausos) y como la canción está inspirada en Bob Marley y en cuanto le influyó su mensaje en el pasado. Ambos temas funcinan bien en directo, sobre todo el segundo con solos encadenados de Steve, Igor y Billy.

Cuando Jon Anderson, otra vez a capella, arranca con Nous Sommes du Soleil y tras ella Steve acaricia la acústica de la que salen los conocidos armónicos de And You and I, mis ojos se humedecen. No hay palabras para describir la emoción que siento, en el primer crescendo, cuando la banda al completo entona el coro, la lágrimas corren por mi rostro, la felicidad me inunda, la sensación de plenitud es completa. YES simplemente tocan el cielo con la más bella canción posible. Jon es un ángel, las guitarras y los teclados son celestiales, las voces supremas y el sonido del Rickenbaker blanco de Chris Squire es el corazón que late al unísono con el mío. Cuando las notas de la Steel Guitar se apagan la ovación es larga, muy larga. Hay lágrimas en muchos más rostros.

It Will be a Good Day es dedicada por Jon a su esposa, Jane, que está a la izquierda del escenario. En directo la canción alcanza cotas de emoción aún mayores que en el disco. Absolutamente perfecta continuación para And You and I. Jon termina dirigiéndose hacia su esposa y abrazándola entre el cariñoso aplauso del público.



Jon entonces pide a todo el mundo que se levante para bailar, a pesar de la dificultad (la barra delante de mi apenas llega un poco por encima de mis rodillas y la altura es considerable), nos levantamos y bailamos a los compases de Face to Face. Seguro que en Madrid no será tan difícil.



A pesar de que no soy muy admirador de la época de Trevor Rabin, Hearts tiene también momentos realmente emotivos, Billy hace un gran solo en la canción, pero ahora ya estoy esperando Awaken…

No creo tener calificativos suficientes para Awaken. Desde la introducción de piano de Igor (al que Jon presentó como el teclista del año, de este año) hasta el punteo final de Steve, la emoción no hace más que aumentar. La aparición de Chris Squire con el bajo de tres mástiles arranca una ovación. Yes suenan con una perfección absoluta. El dúo de arpa y teclados es indescriptible. Igor es un maestro, cambiando de uno a otro teclado a velocidad de vértigo y dando a la pieza una profundidad y un vigor asombrosos. Una auténtica experiencia mística, con Jon alcanzando la perfección en cada verso. Cuando en el crescendo una lluvia de confetti cae del cielo el Albert Hall parece un campo de estrellas. La ovación dura largos minutos, todos sabemos que hemos asistido a algo que está al alcance de muy pocos, ver y escuchar a la mejor banda del mundo tocando una de sus piezas más complicadas de una forma perfecta, tanto en la forma como en la emoción.

ras este climax el resto es difícil de comentar. Jon introduce I’ve Seen All Good People hablando de John Lennon y aprovecha para presentar a Alan White. Todos coreamos Your Move con emoción y otra vez bailamos al ritmo de All Good People. Tras otra demostración de la maestría de Steve Howe, la banda se retira.



Milagros de la tecnología, con mi teléfono móvil llamo a mi casa para que mi sobrino de 11 años que nos acompañará al concierto de Madrid pueda oir parte del encore. Igual que hice hace dos años.

El encore empieza con Steve Howe sólo en escena interpretando Clap al ritmo de las palmas del público. Domina la acústica con su habitual destreza haciendo que una canción tan difícil parezca algo sencillo en sus dedos. Tras ella, Billy, Chris, Igor y Alan arrancan Cinema con potencia, tomando otra vez Billy Sherwood el protagonismo. Cinema encadena rápidamente con Owner of a Lonely Heart. He de reconocer que siempre he pensado que deberían prescindir de esta canción, pero el público la recibe en general con entusiasmo. Toda la banda está en escena, sí, Steve Howe también desde el primer momento con su Gibson roja. La canción funciona muy bien en directo, sobre todo el solo final que añade Steve. La banda disfruta en escena. Chris Squire danza frenetícamente.

Y para terminar Roundabout, con todo el público puesto en pie, coreando cada palabra, dando palmas y bailando. La banda recibe la electricidad y la devuelve magnificada, espléndido Igor tocando con una mano a la vez que lleva el ritmo en un cencerro. Roundabout se alarga en un jamming de agradecimiento y termina con todo el teatro puesto en pie saludando al mejor grupo de rock del mundo.

No hubo ninguna sorpresa, el set fue exactamente el mismo, pero se alcanzan cotas tan altas que realmente no importa.

Jon sublime, una perfección vocal difícil de creer a su edad. Se nota que es un hombre feliz (gracias Jane) y esa felicidad trasciende de él al resto del grupo y a la audiencia. Una presencia mágica en escena.

Steve, magistral, potente y delicado a la vez, dominando cada nota, sus improvisaciones son maravillosas. Incluso se permitió algunos movimientos hacia el centro del escenario abandonando su estatismo habitual.

Chris, tremendo, con una presencia en escena inconmensurable y un sonido increíble, disfrutando cada minuto con tanta energía como el primer día.



Alan, el corazón, incansable y preciso, manteniendo el ritmo con una perfección absoluta.

Billy, imprescindible. Perfecto en las armonías vocales, poniendo contrapuntos a las guitarras en las piezas clásicas y añadiendo otra dimensión a la música en el resto. Además sus solos, aunque escasos, son de gran calidad.

Igor, brillante, está a la altura necesaria para ser el teclista de YES domina a la perfección tanto la técnica como la emoción necesaria, además de añadir un punto de showman, al tocar panderetas y el cencerro a la vez que toca los teclados.

Al terminar el concierto otro de los momentos especiales de la noche, cuando mi hermano me abrazó para agradecerme la experiencia mágica que habíamos compartido. Luego volvimos al pub donde muchos fans comentaban el concierto. Fue emocionante encontrar tanta gente hermanada por la música de YES y como se coreaban canciones, Nous Sommes du Soleil, Time and a Word, Onward y otras…



Esa noche apenas pude dormir, no sé si fue la Guinness o la sobresaturación emocional por el concierto o los nervios anticipando lo que todavía quedaba.

A las 11’30 de la mañana llegué a la tienda HMV de Oxford Street. Una larga cola esperaba ya. Chris se unió a mí al rato y juntos esperamos a pie firme. A las 12:45 Yes hizo su aparición, y tras posar unos minutos se dispusieron a atender a los fans, que entonces podrían rondar fácilmente el millar.



Y finalmente llegó el momento y me encontré frente a frente con mis ídolos de 25 años, las personas que habían hecho la música que me ha acompañado en tantos y tantos momentos felices y tristes de mi vida. Me firmaron el programa del concierto y les anuncié que el viernes nos veríamos en Madrid. Nunca olvidaré la sonrisa de Jon cuando se lo dije. Y finalmente Steve me firmó el Access Pass de su CDROM y tuve la oportunidad de felicitarle por el trabajo y arrancarle una sonrisa cuando le dije que estaba aprendiendo a tocar la guitarra.




Chris flotaba conmigo cuando bajamos, había conseguido que Jon, Steve y Chris le firmaran su LP de Close to the Edge, una vez abajo un chico que estaba filmando con una videocámara se acercó a nosotros y nos entrevistó. Yo declaré con emoción que mi sueño se había hecho realidad después de 25 años. Más tarde Chris me dijo que cree que era Damion Anderson, así que es posible que estemos en un video doméstico que seguro que Jon verá.



Y así se cumplieron mis sueños….Y lo mejor es que esta historia iba a continuar en Madrid en pocos días.

RECORDANDO 1998 YES LONDON APOLLO HAMMERSMITH



Al saber que Yes estaban de gira me hice la promesa de que iba a verlos fuera como fuera. Tras plantearme varias fechas al final decidí que el cierre de la gira en Londres sería perfecto. Convencí a Raúl, un amigo, para que me acompañara, aunque no conocía a Yes lo suficiente, pero la posibilidad de conocer Londres le pareció suficientemente atractiva.



Para mí la experiencia sería completa ya que iría por primera vez a una ciudad que siempre ha sido un mito para cualquier amante del rock y además iba a ver por primera vez en directo a la banda de mis amores.

Recogimos las entradas el viernes por la mañana en la taquilla del teatro y nos fuimos a conocer Londres….



Ya por la tarde llegamos con mucha anticipación. Sintiéndonos bastante perdidos entramos al teatro y tras comprar un programa y una gorra empezamos a buscar nuestros asientos. A todo el que le enseñábamos las entradas nos contestaba "Upstairs"…y nos fuimos escaleras arriba, arriba, arriba… hasta que ya no pudimos subir más: Detrás de nuestros asientos solamente quedaba UNA FILA.



A pesar de todo la vista del escenario era muy buena. Cubierto con un gigantesco telón con el logo. Sonaba la parte "ambient" final de Open Your Eyes.

Allí sentados solos comentábamos entre nosotros mientras alguna gente iba entrando. Dos chicas y un chico llegaron unas filas más abajo y les oí decir "¿Dónde está el escenario?" en castellano. No lo pude resistir y grité "¡Hola!". También habían venido desde Madrid. Charlamos un rato mientras esperábamos y él volvió a su sitio un poco antes de empezar.

Cuando empezó a sonar Firebird Suite se me hizo un nudo en el estómago. Y cuando arrancó Siberian Kathru las emociones se desbordaron. Subido allí en lo más alto del teatro experimento lo que debe ser el nirvana. Rompo a llorar cuando oigo And You and I. Mi corazón se desboca con Heart of The Sunrise. Y por fin veo a Chris Squire tocar The Fish. Cuando los primeros acordes de The Revealing Science of God suenan toda mi vida pasa ante mis ojos, recordando al chaval de 15 años que se quedó anonadado cuando escuchó esa estrofa por primera vez:

"Dawn of light lying between a silence and sold sources,
Chased amid fusions of wonder, in moments hardly seen forgotten,
Coloured in pastures of chance dancing leaves cast spells of challenge,
Amused but real in thought, we fled from the sea whole…"

Cuando termina All Good People apaludimos furiosamente puestos en pie. Ha sido mágico.

Aprovecho antes de que la banda vuelva para llamar a Madrid con el teléfono móvil. Mis hermanos escuchan Roundabout de maravilla. Starship Trooper es el final perfecto a una noche inolvidable.



Después floté y floté, abrumado por las emociones. Compartiendo la felicidad con nuestros compatriotas.



Fue la primera vez que vi a Yes como un todo y fue increíble…y entonces ya sabía que habría más momentos como aquellos.

RECORDANDO: ANDERSON BRUFORD WAKEMAN HOWE

He descubierto que mis viejísimas páginas de YES están todavía online y operativas aquí. Pero como nunca se sabe si esto durará mucho, he decidido traspasar al blog y a Facebook lo que queda y recuperar lo que escribí entonces.

Madrid Pabellón de Deportes del RM Febrero de 1990



Para mi los 80 fueron un periodo decepcionante, Yes no hicieron música a la altura del glorioso periodo anterior.

Por eso cuando oí Brother of Mine fue una especie de revelación. Los clásicos habían vuelto, con algún toque renovado, pero con un aroma a la época más brillante de Yes que no se recordaba en los últimos 10 años. Cierto que faltaba Chris Squire…

Cuando el día anterior al concierto llegaron noticias de que Jon Anderson estaba enfermo, la decepción fue enorme. Afortunadamente no era una cancelación sino un simple aplazamiento. El concierto cerraría la gira europea. Por eso la fecha no está en el título, sé que fue en el mes de Febrero, pero no puedo recordar el día exacto. Era viernes, eso seguro.

Aquel día solo éramos 4: Mi hermano Mauri, Alfonso, Jesús y yo. Cuando aparcamos enfrente del Pabellón Quartet sonaba en el coche.

Nos colocamos en un buen lugar, suficientemente cerca y bien centrados. El escenario sobrio, con los teclados de Wakeman en primer plano y a la derecha y la parafernalia percusiva de Bruford en la parte de atrás.

El concierto planteado con una inteligencia asombrosa, primero los solos, de forma que cada una de las 4 estrellas recibe su ración de baño de multitudes y después la justa mezcla entre clásicos de Yes y temas nuevos.

De los cuatro el que menos me impresionó fue Bruford, sobre todo por su abuso de la percusión electrónica. Jon mágico como siempre, con su voz divina. Steve el maestro, cambiando de guitarras a velocidad de vértigo y demostrando su versatilidad en cada momento. Y una mención especial para Wakeman. Vestido con un frac azul celeste su enorme humanidad podría parecer ridícula hasta que sus manos se convierten en las de Merlin el Mago, haciendo que los teclados se conviertan en una orquesta. Durante su solo me di cuenta de que el teclado y las manos se reflejaban en el tablero de cristal de la canasta de baloncesto que estaba recogida en el techo. El efecto era fantástico, haciendo que sus manos parecieran irreales moviéndose sobre el teclado.

Escuchar And You and I aquel día fue celestial. Por primera vez escuché mi canción en directo y por primera vez las lágrimas de alegría brotaron de mis ojos, esto se ha convertido en una costumbre y cada vez que la oigo en vivo, mis ojos se humedecen.

Close to the Edge fue otro de los momentos mágicos, una interpretación majestuosa de una de las mejores piezas de Yes

Una noche inolvidable, pero aunque fue maravillosa, le faltó algo, ¿Qué? A pesar de todo no era YES, no estaba Chris Squire.

jueves, 5 de noviembre de 2009

OVER THE RAINBOW Madrid 28-10-2009



Cuando Ritchie Blackmore dejó DEEP PURPLE en los 70 bastante harto del resto de la banda decidió montarse SU GRUPO. Y Rainbow fue siempre eso, Ritchie y 4 tipos más. Él deshacía formaciones tan pronto algo no le gustaba o no le parecía bien.

Por Rainbow pasaron cuatro cantantes y un número enorme de baterías, teclistas y bajistas. Mención especial a Roger Glover, antiguo compañero de Purple que estuvo en Rainbow bastante tiempo, a Ronnie James Dio, que con Rainbow alcanzó la proyección internacional que luego le catapultó al puesto del que no se ha bajado en el Olimpo de los vocalistas del metal y a Cozy Powell, enorme batería desgraciadamente desaparecido cuando daba rienda suelta a su gran pasión por la velocidad.



Pero ninguno de esos cuatro grandes nombres están ahora en esta aventura llamada Over the Rainbow. Sin Ritchie, dedicado desde hace muchos años a la música medieval, es evidente que no hay Rainbow, así que cuando Joe Lynn Turner, el vocalista que más tiempo estuvo al lado de Blackmore, se decidió por arrancar este proyecto, pensó en alguien lo más cercano posible y casualmente el hijo de Ritchie, JÜrgen, es guitarrista.

Ellos dos y otros tres ex-Rainbow han salido a la carretera a tocar todos los éxitos de la banda de todas las épocas.



Blackmore jr de su padre tiene un innegable parecido físico, aunque abulta el doble, pero poco más. Es un guitarrista competente, pero su presencia en escena es prácticamente nula, casi todo el tiempo se mantiene en un discreto segundo plano, en la sombra y muy estático. Solamente cuando saco la Strato blanca pareció que el espíritu de Ritchie aparecía por la sala.



Como el rsto de la banda es sólida y las canciones son clásicos por derecho propio el concierto fue realmente divertido. Mr Turner debería pensarse un poco más si su aspecto y sus amaneramientos pegan a su edad, pero lo que no se puede negar es que está perfecto de voz.




Joe Lynn Turner, lógicamente, defendió a la perfección sus canciones. Hizo un gran papel en las que cantaba Dio y solo sufrió un poco con las de Graham Bonnet que son realmente exigentes. Todo ello salpicado de contoneos y gestos bastante horteras, pero bueno, se portó.



Momentos especiales para mi: Kill the King y Man on the Silver Mountain que son las canciones de la primera época de Rainbow que siempre me encantaron, aunque eché de menos el vacile blues que siempre se marcaba Blackmore padre. Muy bien también Eyes of the World, Death Alley Driver y el bis con Since You've Been Gone y sobre todo Can't Happen Here.



No sé que longevidad tendrá el proyecto y no sé si volveré a verlo si hubiera ocasión, pero desde luego no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho esta vez. No eran Rainbow pero casi.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Progressive Nation Europe 2009

LA CUBIERTA, Leganés, 23 de Octubre de 2009.



Progressive Nation es un Festival creado y patrocinado por Mike Portnoy y Dream Theater, en el que desde hace unos años reúnen bandas de un cierto perfil y siempre dentro de los gustos del propio Portnoy. Hasta ahora las giras habían sido siempre por los USA pero esta vez se han traído el festival a Europa.

Opeth ya habían estado en una de las giras anteriores y para esta ocasión Akerfelt, gran amigo de Portnoy, le pidió ser parte del evento. A ellos se unieron Bigelf y Unexpect.

Antes de ir a la música en si hay que hablar, una vez más, del local del concierto. Y es que en Madrid este tema, recurrente desde tiempos inmemoriales, no parece que nunca vaya a tener una solución.

No existe un local adecuado con una capacidad media de 5000-6000 personas. Aunque se puede encontar una fórmula, que de hecho se usó en la anterior visita de Dream Theater, que fue usar la mitad del Palacio de los Conciertos (otros dicen Deportes, pero ahí deportes pocos).

Pero descartada esa opción nos llevaron a La Cubierta de Leganés. Un local ESPANTOSO para la música, debido a su forma y a los materiales de los que está construida. Es imposible conseguir sonar con calidad en ese lugar. Y lo notamos, y lo pagamos.

Abrieron Unexpect, con poco público todavía. Su propuesta no me interesaba mucho y francamente, tampoco tuvieron oportunidad de demostrar nada ya que el sonido era horroroso. Poco más que decir.



Bigelf han sido mi descubrimiento del año. Repasando su música para el concierto he encontrado una propuesta interesantísima, basada sobre todo en teclados analógicos, como el Hammond B3 o el Mini Moog, que dan un sonido muy setentero, con reminiscencias variadas, desde King Crimson a Mott the Hopple o a Black Sabbath. No pudieron, en la media hora de la que dispusieron, dar mucho de si, pero si se vió a una banda con mucho que ofrecer y a la que espero ver en un concierto entero y en un local adecuado lo antes posible.

A pesar de que el sonido fue algo mejor, la escasez de tiempo dejó fuera una de sus canciones imprescindibles y que más ganas tenía de oír, Blackball. Espero que haya una próxima vez pronto.



La propuesta de Opeth quedó también deslucida debido al sonido. Solamente en las partes tranquilas y limpias se pudo apreciar bien, porque precisamente es el sonido distorsionado de las partes más fuertes el que se enfollonaba con el eco y se convertía en difícilmente discernible. Y eso que comparado con los anteriores la cosa había mejorado, sobre todo debido a que el público ya llenaba el recinto y eso contribuye a absorber un poco los rebotes y los ecos.

Afortunadamente les habíamos visto hacía apenas un año
(Ver crónica y fotos en este mismo blog) con lo que me dolió un poco menos.

Tocaron alrededor de una hora y lo mejor, sin duda, fue la canción de Damnation, que al ser totalmente limpia sono casí perfecta y encima es una de mis favorita: Windowpane.



Dream Theater dispusieron del escenario completo, todas las luces, pantalla de video y demás parafernalia. Y se notó, porque sin llegar a la perfeción, el sonido fue aceptable.

Y se pegaron un homenajea si mismos. Aunque tocaron la mitad del nuevo disco, abriendo con un contundente A Nightmare to Remember y cerrando con los casi 20 minutos de The Count of Tuscany, el resto fue una demostración de que ya pueden tocar cualquier tema de su ya largo repertorio, bordarlo y pasárselo bien haciéndolo.




Petrucci no tuvo el mejor sonido, pero demostró que sigue siendo uno de los más grandes. Rudess cada vez aporta más, no limitándose tan solo a los duelos acelerados con la guitarra.





Myung es un bajista soberbio. Siempre discreto pero dándole a la banda una consistencia y una riqueza que sin él sería imposible. Y Portnoy es un batería de otro planeta. Tiene pegada, tiene sutileza, y encima es un showman consumado. Es complicado que así sea para un batería, pero él atrae las miradas desde detrás de su mastodóntico kit con las dos baterías unidas.



Y Labrie, pues como siempre. Cumple bien, pero no es la voz que estos monstruos se merecen. Pero es lo que hay.



En resumen un buen festival, que si hubiera sido en un sitio más apropiado hubiera sido sobresaliente, sin duda.