viernes, 6 de noviembre de 2009

RECORDANDO: ANDERSON BRUFORD WAKEMAN HOWE

He descubierto que mis viejísimas páginas de YES están todavía online y operativas aquí. Pero como nunca se sabe si esto durará mucho, he decidido traspasar al blog y a Facebook lo que queda y recuperar lo que escribí entonces.

Madrid Pabellón de Deportes del RM Febrero de 1990



Para mi los 80 fueron un periodo decepcionante, Yes no hicieron música a la altura del glorioso periodo anterior.

Por eso cuando oí Brother of Mine fue una especie de revelación. Los clásicos habían vuelto, con algún toque renovado, pero con un aroma a la época más brillante de Yes que no se recordaba en los últimos 10 años. Cierto que faltaba Chris Squire…

Cuando el día anterior al concierto llegaron noticias de que Jon Anderson estaba enfermo, la decepción fue enorme. Afortunadamente no era una cancelación sino un simple aplazamiento. El concierto cerraría la gira europea. Por eso la fecha no está en el título, sé que fue en el mes de Febrero, pero no puedo recordar el día exacto. Era viernes, eso seguro.

Aquel día solo éramos 4: Mi hermano Mauri, Alfonso, Jesús y yo. Cuando aparcamos enfrente del Pabellón Quartet sonaba en el coche.

Nos colocamos en un buen lugar, suficientemente cerca y bien centrados. El escenario sobrio, con los teclados de Wakeman en primer plano y a la derecha y la parafernalia percusiva de Bruford en la parte de atrás.

El concierto planteado con una inteligencia asombrosa, primero los solos, de forma que cada una de las 4 estrellas recibe su ración de baño de multitudes y después la justa mezcla entre clásicos de Yes y temas nuevos.

De los cuatro el que menos me impresionó fue Bruford, sobre todo por su abuso de la percusión electrónica. Jon mágico como siempre, con su voz divina. Steve el maestro, cambiando de guitarras a velocidad de vértigo y demostrando su versatilidad en cada momento. Y una mención especial para Wakeman. Vestido con un frac azul celeste su enorme humanidad podría parecer ridícula hasta que sus manos se convierten en las de Merlin el Mago, haciendo que los teclados se conviertan en una orquesta. Durante su solo me di cuenta de que el teclado y las manos se reflejaban en el tablero de cristal de la canasta de baloncesto que estaba recogida en el techo. El efecto era fantástico, haciendo que sus manos parecieran irreales moviéndose sobre el teclado.

Escuchar And You and I aquel día fue celestial. Por primera vez escuché mi canción en directo y por primera vez las lágrimas de alegría brotaron de mis ojos, esto se ha convertido en una costumbre y cada vez que la oigo en vivo, mis ojos se humedecen.

Close to the Edge fue otro de los momentos mágicos, una interpretación majestuosa de una de las mejores piezas de Yes

Una noche inolvidable, pero aunque fue maravillosa, le faltó algo, ¿Qué? A pesar de todo no era YES, no estaba Chris Squire.

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