jueves, 29 de julio de 2010

High Voltage Festival, London Victoria Park. Día 1, 24 Julio 2010




Desde el primer vistazo al cartel el festival prometía. En el primer día se concentraban bastantes grupos que habíamos visto recientemente pero que nos habían dejado un sabor de boca excelente y que nos hacía ilusión volver a ver. Además de dos acontecimientos de altura que luego revisaremos.

El recinto está en medio del inmenso Victoria Park, la realidad es que varios de los parques de Lndres son enormes y montar una infraestructura de este estilo no representa problema. Una entrada amplia, dos explanadas medianas para los escenarios pequeños, el Prog Stage además con unos árboles muy oportunos para aliviar la solana. Luego puestos variados de entretenimiento y comida de casi todo tipo, baños portátiles en abundancia que mantuvieron una limpieza suficiente los dos días y un enorme escenario principal con espacio suficiente para unas 60.000 personas al menos.

No puedo decir cuanta gente había. El día anterior en una entrevista a Foreigner hablaron de unas 45.000 personas. Lo bueno es que como la media de edad era bastante alta, hay que reconocerlo, en ningún momento hubo apreturas, ni siquiera con los números fuertes. Y eso se agradece un montón. Además el público inglés es muy respetuoso y brillaban por su ausencia los patosos y los charlatanes que tanto abundan en los conciertos por aquí, salvo en algún momento muy puntual.

Tras hacer un poco de cola para recoger nuestras pulseras y pasar el correspondiente registro de la entrada empezamos a gastar dinero con alegría, comprando el programa del festival, muy bonito, muy bien editado y de lectura interesante, así como los llamados Lanyards, que contenían en tarjetas plastificadas con cinta de colgar todos los horarios del fin de semana más información interesante del festival. Muy práctico para organizarse.

Nos equivocamos y compramos dos vasos de sidra (era cider no beer) pero al menos estaba fresquita y no estaba mal y empezamos en el Prog Stage con Pendragon.












No debe ser fácil salir a tocar a la 1 y pico de la tarde con un sol bastante castigador, sí, pegaba aunque fuera en Londres. Pero las huestes de Nick Barrett salieron a saco. Fueron 40 minutos muy buenos, con un gran sonido, con una banda disfrutando encima del escenario y demostrando que tienen calidad y tablas para dar y tomar. El público estaba deseoso de engancharse al festival y se notó. Si no recuerdo mal tocaron Freak Show y cerraron su corto set con Masters of Illusion, corto, ciertamente, pero estuvieron muy bien para empezar.





Tuvimos la desgracia, que por otro lado pudo ser suerte, de que justo detrás se nos colocaran unos españoles, con sus camisetas jurgolera y la bandera que, en la más desagradable tradición nacional, se pegaron el concierto de charla. Digo suerte, porque a partir de ese momento en cuanto veíamos las camisetas rojas huíamos como de la peste. ¡¡Qué coñazo los españoles!!.

Tras esto hicimos un rápido break para comer algo mientras montaban el equipo de Focus. Laura decidió quedarse a la sombrita pero yo tenía que verlos de cerca. Este era uno de los momentos más deseados por mi. Focus live at the Rainbow fue uno de los primeros discos que oí en mi vida y se suponía que ese era el repertorio que iban a tocar.


De la formación original de la banda holandesa quedan dos músicos, el factotum Thijs van Leer, padre real de la banda en su día y el batería Pierre van der Linden. A ellos se han unido dos músicos más jóvenes Bobby Jacobs al bajo y Niels van der Steenhoven a la guitarra. Éste último, como era de esperar hace añorar al gran Jan Akkerman, pero su trabajo es lo suficientemente correcto para que las grandes piezas de Focus suenen bien.




Los primeros acordes de Focus III me pusieron un pequeño nudo en la garganta. Allí estaba el viejísimo Hammond de Van Leer sonando como en los 70. En escena se lo estaban pasando en grande y el público igual o mejor. Con la festiva House of the King las palmas se calentaron y el concierto siguó subiendo. Cuando tocaron Sylvia la lagrimita me asomó por debajo de las gafas de sol. Jamás hubiera pensado ver esta música en directo. Gloria pura. Van Leer está perfecto en el órgano y la flauta y cumple en sus partes vocales , que no cantadas. La sección de ritmo es suficientemente competente y Niels mejora según se va calentando.




El final fue un Hocus Pocus excelente, coreado por el público dado que Thijs ya no tiene voz para hacer muchos alardes, pero disfrutándolo como un niño pequeño. Una maravilla y la sensación de algo único por primera vez en el Festival.

Con la sonrisa puesta ya sin remedio nos movimos hacia el escenario principal donde ya debían haber empezado nuestros viejos conocidos, The Answer.



Los irlandeses están en un momento dulce. Tantos bolos teloneando a AC/DC les han dado una presencia en el escenario brutal. Cormac Neeson es un frontman de los de antes, con su larga melena y sus danzas micrófono en ristre atrae hipnóticmente las miradas, mientras la banda suena cada vez mas sólida y el Belfast Blues tiene cada vez más pegada. No importaba el calor ni la hora, las 3 de la tarde, lo dieron todo ante una audiencia entregada y con ganas de pasarlo bien. Cerraron con Under the Sky y finalizaron con el riff de Holy Diver en homenaje a Dio.



Una vez que The Answer acabaron el peregrinar nos llevó de vuelta al Prog Stage donde Bigelf ya estaban tocando.

Perfectamente uniformados con su "ropa de tocar", salvo la levita de Damon que supongo que se habría quitado debido al calor, estaban descargando con energía bajo un sol contundente.



Cuando llegamos Fox presentó Frustration a la que siguió la inconmensurable Blackball. Me sigue pareciendo una obra maestra y la gocé como un loco. Y encima, detrás, otra de mis favoritas, Dissappear, yo estaba en la gloria pero me di cuenta de que no eran muy conocidos entre el público. Había algunos que lo estábamos disfrutando a tope y otros. los más, se limitaban a mirar.



Cachondo el parlamento de Damon agradeciendo a Focus el haber abierto para ellos y su afirmación de que él lo que más esperaba era el concierto de ELP, algo obvio siendo un teclista tan dedicado a los instrumentos clásicos. Sigue llevando el Hammond, el Mellotron y el Minimoog y a Yoda.



Cerraron con lo que presentó como el Money Medley, es decir las dos canciones sobre el dinero empalmadas. Gran final, sin duda.

Nos acercamos a la valla a ver si aparecían y podíamos saludarles pero no hubo manera, así que tiramos para el escenario principal para ver a Foreigner.



Foreigner con Kelly Hansen están en una segunda juventud. En el escenario están perfectamente engrasados y la maquinaria funciona a la perfección. Entre el magnetismo de frontman de Kelly, la presencia rotunda de Mick Jones, el gran capo, y el dinamismo de Jeff Pilson y Tom Gimbel, la banda suena contundente y sus conciertos son una fiesta.

El repertorio no varía mucho del que vienen haciendo en otros festivales, abriendo con Double Vision y Head Games, y desgranando otros clásicos como Starrider, Cold As Ice, Feels Like the First Time y luego atacar un Urgent electrizante en el que Gimbel se luce al saxo, Juke Box Hero y el final con el detalle de sacar para acompañarles en I Wanna Know What Love Is a un coro de chavales, que tristemente, apenas se les escuchaba.


Concierto corto pero superdivertido que nos dejó con un gran sabor de boca. Y hete aquí que mientras volvíamos de nuevo hacia el escenario de Progresivo nos dimos de bruces con el mismísimo Cormac Neeson hablando por el móvil.

Evidentemente nos acercamos a él con intención de al menos hacernos una foto. amablemente nos atendió, colgó la llamada y estuvimos hablando con él brevemente. Un auténtico irlandés al que esperamos ver de nuevo en breve. Como le dije "I think you're the fucking Answer for sure".

Lo siguente era Asia, a los que realmente no teníamos excesivo interés en ver. Eso sí, nos acercamos para presentar mis respetos al Maestro Howe y hacer un par de fotos y luego nos refrescamos un poco y nos acercamos para hacer un par de fotos antes de volver hacia el Classic Rock Stage para uno de los momentos álgidos de la jornada.



Heaven & Hell estaban anunciados en el Festival desde el primer momento. La muerte de Dio pareció en un principio que les hacía desaparecer del cartel pero luego la banda decidió utilizar la ocasión para homenajear, merecidamente, al gran Ronnie James Dio. Iba a ser la última ocasión en la que H&H aparecerían como tales bajo ese nombre. Y para ello Tony Iommi, Geezer Butler y Vinnie Appice llamaron a dos vocalístas de altísimo nivel, Glenn Hughes, amigo íntimo tanto de Dio como de Tony Y Geezer ya había cantado en el funeral y se prestó encantado para la ocasión. Junto a él Jorn Lande, menos conocido pero dotado de una voz prodigiosa y que acaba de sacar un disco homenaje con versiones de Dio en el que le hace justicia a la voz del maestro.



Fue un concierto de H&H alternando vocalistas al principio, con las clásicas poses estáticas de Iommi y Butler mientras descargan los riffs más contundentes. Lande más comedido y Hughes sacando su faceta más histriónica pero ambos cantando excelentemente, aunque quizá las voces hubieran necesitado un poco más de volumen. Sonaron Mob Rules, I, Children of the Sea, Bible Black, Voodoo, Die Young con tintes premonitorios, etc.



Para cerrar Wendy Dio, tremendamente emocionada, leyó un breve comunicado y sonó, poderosísima, Heaven & Hell, cantada con pasión por Jorn y Glenn ante un mar de cuernos. Tras retirarse tuvieron que volver para atacar, como era de esperar, Neon Knights en la que se les unió en escena también el que yo primero creí que era un espontáneo pero que luego me he enterado que era Phil Anselmo, el cantante de Down.




Concierto intenso, emotivo e histórico sin ninguna duda, en el que se demostró que Jorn Lande merece un proyecto de altura de una vez, que no sé si es Masterplan. Su voz es de las que se merecen mucho más.


Las fuerzas iban ya un poco justas, así que decidimos echar un poco de gasolina en el depósito, nos cogimos unos Jack Daniels y nos plantamos prácticamente en primera fila, pegados a una de las torres de sonido, a ver a Transatlantic.

En su día yo pensé que siendo un festival iban a plantearse algo diferente, pero me equivoqué. Dado que tenían 1:30 de tiempo decidieron tocar The Whirlwind, que ya es 1:15 y luego cerrar.



Y en eso estaban, tocando The Wirlwind con la misma pasión energía y entusiasmo que en mayo cuando les vimos en Madrid. Y es que hay pocas bandas que se lo pasen tan bien en escena. Se nota que se lo pasan en grande y la media hora que estuvimos allí sirvió para comprobarlo otra vez. Además sirvió para encontrarnos con Donna, una amiga estadounidense de mis tiempos de viajes a ver a Yes. Nos despedimos camino del main stage de nuevo y nos emplazamos para vernos más tranquilamente al día siguiente.



Y nos fuimos para coger sitio, lo cual hizo que nos perdiéramos el final del concierto en el que, según he leído después, Steve Hackett se les unió para tocar Return of the Giant Hogweed de Génesis (mierda, mierda, mierda).



El plato fuerte del día eran ZZ Top. Una banda que jamás ha pisado España en 40 años y que las posibiliddes de que lo hagan nos parecían muy remotas, así que fueron unas de las razones del viaje.



Como dijo Billy Gibbons en un momento, allí estaban, 40 años después, los mismos tres tipos y los mismos 3 acordes. Y no necesitan más. El montaje es sobrio, con dos pilas de altavoces flanqueando la batería y una pantalla de video que anima las canciones.


Billy Gibbons y Dusty Hill se coordinan perfectamente, sus medidas y escuetas coreografías están milimétricamente ensayadas pero resultan perfectamente. La guitarra y el bajo suenan de maravilla y Frank Beard se mantiene discretamente en segundo plano pero llevando el ritmos incansable. Caen los clásicos, Got Me Under Pressure, Waiting for the bus, Jesus has left Chicago, Cheap Sunglases...



En un momento dado Billy se da cuenta de que Dusty lleva el sombrero perfecto para tocar Blues pero él no, así que pide uno. Y dos amables señoritas vestidas de cabareteras de los dulces 20 se lo llevan. Ya con él se marca un par de bluesazos tremendos en una preciosa Les Paul dorada que alterna con su clásica guitarra irregular.



En otro momento sacó a una niña pequeña que se puso a rasguear la guitarra mientras él ponía los acordes, "Quiere quitarme el puesto" afirmó después. Y sonó Hey Joe bajo la foto del que denominó "my friend Jimi" en la pantalla.

En la pantalla entonces salió el mítico cohe y el video de Gimme All Your Lovin y cerraron el set con Legs.



El bis estaba más que claro, las guitarras "nube" y La Grange empalmada con Tush.

Sensacionales, son una banda única por muchas razones y lo siguen demostrando. Me gustaría equivocarme pero
siendo la única vez que los voy a ver en directo fue un concierto perfecto.








Cometimos el error de pensar que podríamos comprar algo de cenar en el recinto antes de salir, pero estos europeos ya se sabe y para entonces ya estaba todo recogido. Menos mal que en el paseo de vuelta encontramos un super abierto (allí no son chinos sino pakistaníes) y pudimos cenar después de una gratificante ducha que sobre todo nuestros pies, agradecieron.

Jornada redonda, perfecta en todos los aspectos, salvo que nos quemamos en las zonas donde nos había pegado el sol. Un pequeño inconveniente para el día siguiente.