viernes, 13 de julio de 2012

IAN ANDERSON, Madrid 12 de Julio de 2012, Teatro Circo Price



Sin demasiadas sorpresas en el setlist de Ian Anderson ayer en el Price, aunque hubo bis, que no me esperaba:

Thick as a Brick
Thick as a Brick 2

Locomotive Breath

Primero los peros: Es una pena que Anderson haya decidido llevar a delante este proyecto en solitario y no como Jethro Tull. Aunque la banda es bastante competente, destacando el bajista y el teclista, que sí son miembros oficiales de Tull ahora mismo, eché mucho de menos a Martin Barre, que aunque Anderson parece que ES Jethro Tull, sin Martin lo es menos. El guitarrista, Florian Ophale, lo intenta pero no llega. Esperemos que en algún momento Martin e Ian hagan las paces, auqneu las últimas entrevistas con BArre que he leído me hacen pensar justo lo contrario.



El pero más gordo es la voz de Ian Anderson: Simplemente no la tiene ya. Con lo cual en vez de hacer el ridículo lo suple con profesionalidad y recursos, y con un cantante de apoyo, Ryan O’Donnell, un tío con buena voz, aunque bastante plana, relativamente parecida a la suya y que se hace cargo de las partes más complicadas, a la vez que sirve para darle un tono teatral a la obra ya que aparte de cantar se dedica básicamente a escenificar la historia.

En la parte 2, como está grabada ahora, evidentemente está más acorde a las condiciones vocales de Anderson y canta bastante más y mejor. Eso sí, cuando coge la flauta te olvidas de la voz. Es absolutamente increíble
Teniendo eso en cuenta la rendición de la obra del 72 es excelente, con partes realmente brillantes. Porque TAAB es una de las piezas capitales del rock de los 70 y tener ocasión de oírla entera por una vez ya merece la pena. Además hay que añadir que TAAB2 es un digno sucesor, mantiene el sonido del original y no desentona en absoluto, con lo que la noche estuvo a gran altura. Además el Price es un local excelente, suena de maravilla, con el volumen y la nitidez exactos.

El público que casi llenaba el recinto estuvo entregado y disfrutando, apoyando las partes más marchosas y respetando las tranquilas. Media de edad, obviamente, bastante elevada.

Anderson sigue teniendo una gran presencia en escena y se agiganta cuando toca la flauta, mantiene sus gestos y poses clásicas, pero sobre todo es un maestro consumado en el instrumento y lo demuestra aún más ahora, porque cuando Ryan canta, Anderson lo que hace es añadir contrapuntos con la flauta. Es un auténtico monstruo, lo sabe y lo aprovecha.

El resumen es que vimos un gran concierto, una gran obra presentada por un grandísimo profesional que teniendo en cuenta sus limitaciones ha sabido suplirlas con inteligencia.