lunes, 17 de mayo de 2010

THE BLASTERS, Madrid 15 Mayo 2010, Rock Kitchen



En un viaje pendular completo en dos días hemos pasado de las cabalgadas sinfónicas de Transatlantic al rock'n'roll directo como un puñetazo en el estómago de The Blasters.

Sin mucha premeditación tomamos la decisión de ir, animados por un amigo. Nos juntamos una panda que hace veintitantos años teníamos veintitantos años y nos metimos, después de unas cañas y unos bocatas de calamares, en la sala Rock Kitchen.

Esta Rock Kitchen es la antigua KTedral, un club de buen tamaño y con visibilidad y sonido decentes. Entramos con los teloneros, The Phantom Four, tocando. Nada muy emocionante, cuatro holandeses haciendo rock instrumental. Lo más curioso del repertorio que escuchamos fue el tratamiento surfero que le dieron al A Forest de The Cure.

The Blasters para mi siemrpe serán el grupo que toca en La Batería, el sucio local rockero de Calles de Fuego, la fantasía rock de Walter Hill, una de esas películas que uno puede ver una y otra vez.

En ella The Blasters descargan salvajemente dos canciones liderados por la voz poderosa de Phil Alvin. El mismo Phil que con más kilos y menos pelo se presentó en escena, eso sí, con la voz en condicines excelentes. Y su sempiterna sonrisa en la cara.

En el público, mayoría de gente talludita y una gran abundancia de tupés, chupas de cuero y Harleys en la puerta. Hacía tiempo que no veía a tanto rocker junto.



El concierto fue una sucesión de canciones de rocanrol sin concesiones, de esas que poco a poco te hacen mover los pies y finalmente echarte a bailar. Las mejor recibidas fueron las más conocidas, entre ellas Dark Night de la banda sonora de Abierto Hasta el Amanecer, película lamentable con música excelente, por cierto. El final del concierto tomó impulso desenfrenado con One Bad Stud, de Calles de Fuego y la endiablada Marie, Marie, en la que ya las piernas no me daban más de sí.

Y de cierre la otra canción de Streets of Fire, Blue Shadows.

Un concierto corto pero intenso, con una banda excelente, sin fisuras y tocando a cien por hora.

Y salimos del local que, como la Cenicienta, al llegar las doce perdió su disfraz y se convirtió en el Juanchito Latin Bar. ¡Qué Cosas!

2 comentarios:

Raquel dijo...

Hola!! Dentro de poco va a ver un concierto en esa misma sala, y querría saber si tu sabes si pueden entrar menores, porque no tengo muy claro que sea una discoteca o un bar, jejeje.
Bueno, para lo que sepas, ponte en contacto!
rpcarrillo16@gmail.com

darkover dijo...

Es una discoteca, venden alcohol, así que con toda seguridad no dejan entrar menores.
Yo de todas formas lo intentaría confirmar con la propia sala.