jueves, 28 de julio de 2011

SONISPHERE 2011, Getafe Open Air, 16 de Julio



Iron Maiden era uno de los grupos grandes a los que nunca había visto en directo, en realidad por una razón simple, no me hacen demasiada gracia y nunca me lo había planteado. Pero cuando los anunciaron para el Sonisphere y mi pareja quiso que fuéramos tampoco me opuse demasiado. Además viendo el cartel que les acompañaba la cosa no pintaba mal, aunque Alice Cooper se cayó a última hora desgraciadamente, los sustitutos, Uriah Heep, no desmerecían nada, otro grupo clásico al que nos perdimos el año pasado en el High Voltage. Así que perfecto.

Lo de Getafe Open Air suena de entrada muy bonito, pero la cruda realidad es que es un descampado en el extremo de una zona industrial, en julio. Así que mucho calor, aunque afortunadamente cuando cayó el sol la cosa estuvo agradable, pero sobre todo muchísimo polvo ya que el recinto estaba abarrotado. El resto de la organización bastante pobre, las barras de bebida colapsadas,las de comida por el estilo y los baños, en fin. Encima, una de las veces que fuimos a repostar nos toco el camarero más gilipollas posible y estuvimos casi media hora hasta que se dignó a servirnos. Muy vacilón era, pero para mandarle a tomar por culo al segundo aspaviento.

Llegamos con tiempo para ver a Apocalyptica hacia las 6 de la tarde. Nos perdimos a Hammerfall y Mastodon que personalmente no me interesaban demasiado y hubiera sido alargar excesivamente la jornada.



Apocalyptica son bastante curiosos. Desde aquellos tiempos en los que tocaban Metallica con 4 violonchelos han cambiado un poco para darle más marcha a su actuación. Ahora son 3 chelos y un batería la mayor parte del tiempo. Y le dan caña metalera todo lo que pueden, cosa que consiguen, sobre todo cuando caen las versiones famosas. Para un par de canciones propias sacaron a un cantante bastante potable, pero no así las canciones que francamente no me dijeron nada. Un concierto correcto y entretenido, que sobre todo nos sirvió para encontrar una ubicación bastante buena para el resto del Festival.

Dream Theater se presentaban con el sustituto de Portnoy y hay que decir que Mangini es un gran batería y cumplió sobradamente, pero es evidente que la monstruosa presencia en escena de Portnoy se echó en falta, y mucho. Cuando el peor de la banda es el frontman y los otros tres son enormes músicos pero con poca interacción con el respetable el hueco de Mike se hace gigantesco.



A pesar de que el sonido no era todo lo bueno que debería, hicieron como siempre una demostración de pericia musical tremenda pero el setlist fue bastante anodino, por alguna parte he leído que estaban intentando obviar temas con mayor participación de Portnoy en la composición, cosa que no sé si es cierta pero que les limita enormemente. Habrá que esperar al disco nuevo y ver como suena pero para mi gusto la banda ha perdido algo fundamental.

Afortunadamente los horarios se cumplían a la perfección y aunque el montaje de los Maiden era bastante complicado a la hora prevista empezó a sonar el Doctor, Doctor de UFO, tema que en toda la gira precede al concierto de la Dama de Hierro. Sorprendente que una banda y una canción tan míticas como esa sean desconoidas para una gran parte de los que estaban allí para ver a Maiden.




Y empezaron con el tema de apertura de su último disco, grabado y en las pantallas, para luego arrancar con The Final Frontiery seguir con El Dorado, todas del nuevo disco. Mientras iba cayendo el sol fueron alternando temas nuevos, algunos un poco tostón, con clásicos, notándose enormemente la diferencia de recepción por parte del público.


Yo en general ratifiqué mi opinión sobre la banda. Es curioso que para ser un grupo de metal con 3 guitarras ninguna de sus canciones tenga un riff mítico. Y es que el peso de Steve HArris en la composición es excesivo y se nota dcemasiado que las canciones están compuestas por el bajista, al que encima le gusta mucho el ritmillo "galope de caballo" que se hace a la larga bastante tedioso.



Eso sí, Dickinson está como siempre, activo y saltarín, moviéndose arriba y abajo sin parar y con la voz bastante conservada. Cada canción cambiaba el telón de fondo con las diversas encarnaciones de Eddie, destacando en The Trooper, con Dickinson con guerrera roja y enarbolando la Union Jack y el telón de Eddie coun una bandera republicana nítidamente destacada.

Hubo visita de Eddie en persona aparte de un Eddie gigante que apareció para cerrar Hollowed by Thy Name. Y con The Number of the Beast y Running Free cerraron un concierto correcto sin más.



Decidimos tomarnos a Twisted Sister de descanso así que los vimos más atrás sobre todo por las pantallas y tomando un bocata. PEro fue imposible quedarse sentado. Dee Snyder tiene un vozarrón espectacular y las canciones son tan supervacilonas y el grupo tan macarra que al final acabamos de pie y disfrutando. Grandes momentos con la traducción española de We're not gonna take it a "Huevos con Aceite" y el final con un I wanna Rock brutal con el vacile de Snyder de mezclarlo con I wanna Fuck. Una gran sorpresa, una banda en plena forma y que nos dejó con ganas de más. Esperemos que se dejen caer por aquí para dar un concierto entero porque merecen mucho la pena.



Twisted Sister marcó el momento de la desbandada general, y una gran cantidad de gente se marchó, lo que nos permitió bajar a ver a Uriah Heep cerquita y centrados y sin apreturas. Los Heep están también en plena forma, aunque de los originales solo quede Mick Box el resto conservan el sonido setentero inmaculado, con especial mención de ese pedazo de sonido Hammond que siemrpe será el órgano del rock. La pena es que el set fue demasiado corto y el sonido un pelín saturado, pero estuvieron excelentes, impecable la versión de Look at Yourself y el final con Easy Livin' que nos dejó con ganas de más.



El cierre le tocaba a Lacuna Coil, pero nos los perdonamos porque ya tuvimos bastante sufrimiento cuando los vimos hace un tiempo.



En resumen, triunfadores absoutos Twisted Sister y Uriah Heep, los Maiden bueno, vale, Apocalyptica entretenidos y Dream Theater necesita mejorar.

miércoles, 29 de junio de 2011

LIFE, Keith Richards (con James Fox).



Para inaugurar el Kindle que me regalaron en mi fiesta sopresa y gracias a las maravillas de Daleya.com, imprescindible buscador para cualquier pirata que se precie, he leído Life del gran Keith Richards.

Keefe es un mito viviento y casi casi, un muerto viviente. Su vida y la imagen que tenemos de él, es la de un tipo que ha estado siempre caminando por el alambre cruzando un precipicio, la encarnación de la "rock star" y del "sex, drugs & R'n'R"

Todo eso está en el libro, por supuesto, pero también mucho más. Lo primero que destaca es la sinceridad y la cercanía con la que Keith cuenta las cosas. Parece que está hablando tranquilamente contigo.

Intenso y tierno el relato de su infancia y de sus relaciones familiares. Apasionante su encuentro con la música y el periodo de formación con el amor desmedido por el blues y la cultura que alrededor de él se movía en Londres, junto a Mick Jagger y Brian Jones. Y muy esclarecedor el relato de sus primeros años, de su asalto al éxito y de como se ganaron la etiqueta de chicos malos que de una forma u otra les ha acompañado toda su vida, sea verdad o simplemente una pose.

Sin ninguna vergüenza nos cuenta su relación con toda clase de drogas, como las usaba y como influyeron en su vida, sus relaciones y en su música. Ycomo es un marido, padre y abuelo un tanto peculiar.



Pero lo más interesante es su faceta musical. Cómo encontró el sonido para los Stones, el proceso de trabajo de la banda y jugosas anécdotas en el estudio de grabación, demostrando que el verdadero cerebro detrás de la música inmortal de los Rolling Stones es él.

Y seguramente la guinda del pastel es la narración sincera de su relación de más de 40 años con Mick Jagger del que dice que no ha visitado en su camerino desde hace más de 20 años, pero que es su hermano y que mataría por él.

Un libro muy recomendable para cualquiera que le guste la música en general y los Stones en particular. Lo he leído en inglés así que no puedo opinar sobre la traducción al castellano.

PD: Lo del cambio de sangre es una leyenda urbana.

PD2: No se cayó de un cocotero.

martes, 28 de junio de 2011

PENDRAGON. Madrid, Sala Caracol. 30 de Abril de 2011.



Con muchísimo retraso me planteo la crónica del concierto de Pendragon en la Caracol. Parece mentira la cantidad de cosas que han pasado desde aquel sábado de Abril y como se va difuminando la memoria. Así que no voy a extenderme mucho.

Me encantaron. La Sala Caracol estaba llena en su justa medida, encontramos una ubicación ideal para que nadie nos molestara y con la barra a la espalda para poder avituallarnos con extrema facilidad.



Muy buen sonido y la banda sonando perfecta. Nick Barret enorme en las guitarras y las voces, enrollándose con el público de forma excelente. Clive Nolan, con su pinta de vikingo barrigón, es un teclista sobresaliente, sus texturas de teclado son imprescindibles en el sonido Pendragon. Y la sección de ritmo ha mejorado muchísimo con Scott Bingham, es un batería muy contundente, pero a la vez sutil, y sobre todo muy espectacular. Un showman que anima al público desde detrás de los tambores además de hacer excelentes coros. Peter Gee es un bajista clásico, sobrio, parece que no está pero aporta volumen y contundencia al sonido. Una banda sobresaliente.



Del set, que mezcló temas nuevos de Passion, su último y excelente trabajo, con clásicos de la banda, destacar la espectacular Back in the Spotlight, Nostradamus e Indigo. Todas ellas clásicas, pero los temas nuevos no desentonan en absoluto, siendo un repertorio contundente y perfecto.



Vamos a copiarlo y así hacemos bulto en la crónica:

1. Passion
2. Back in the Spotlight
3. Ghosts
4. Comatose
5. If I Were the Wind (And You Were the Rain)
6. The Freak Show
7. Empathy
8. This Green And Pleasant Land
9. Nostrodamus (Stargazing)
10. Indigo

Bonus:
11. Paintbox
12. The Last Man on Earth



Dos horas más o menos de buen rock progresivo, sinfónico o como coño le quieras llamar. Vamos, un concierto para repetir la próxima vez que vengan.

lunes, 27 de junio de 2011

AVENGED SEVENFOLD, Madrid, ¿Palacio? Vistalegre, 24 de Junio de 2011.




No va a ser esta un larga crónica de un concierto, porque del mismo poco se puede decir. En esta ocasión nos dimos de bruces con toda la mierda posible en un concierto grande y por eso fue la primera vez que me marcho de uno a la mitad y sin demasiado cargo de conciencia. El local, la organización, el sonido y el público dejaron mucho , o todo, que desear.

No había escuchado al grupo hasta que Mike Portnoy empezó a girar con ellos el año pasado tras la muerte de su batería original. En disco suenan bien, cañeros y contundentes aunque con influencias innegables de grupos establecidos, metal americano alternativo no exento de calidad.

Portnoy ya no está con ellos pero el sustituto parecía suficientemente competente, así que nos lanzamos a comprar entradas,e so sí, de pista, una vez que conocemos las deficiencias de sonido de la puta plaza de toros de Vistalegre.

El tema del sonido en los locales de Madrid es una especie de maldición. En el caso del Palacio de los Deportes se ha solucionado con sobresaliente después de la megaobra de reconstrucción, sin duda. Pero Vistalegre es otro cantar.

Afortunadamente no he estado en demasiados conciertos ahi y en esas ocasiones la cosa no salió demasiado mal, pero un recinto redondo y cubierto no se presta a un sonido excelente precisamente.




Menos mal que antes de entrar cenamos opiparamente mientras veíamos de lejos como la cola parecía avanzar con rapidez, aunque la apertura de puertas fue con cierto retraso.

Cual fue nuestra sorpresa cuando nos acercamos y vimos como habían tenido la ocurrencia de ordenar el asunto: La cola no llegaba hasta el acceso a la plaza propiamente dicho sino que a unos 50 metros estaba el principio y los de seguridad iban dando paso a grupos de unas 30 personas. Visto el percal decidimos esperar un rato ya que la aglomeración era excesiva y daba la vuelta a la esquina. Durante más de media hora vimos pasar grupos de gente muy muy joven, los que eran un poco más talluditos iban con sus hijos. No es que eso importe mucho, pero la impresión
que iba creciendo en nosotros es que la pista iba a estar llena de adolescentes enfervorizados para ver a sus ídolos, lo cual me iba haciendo cada vez menos ilusión. Además la impresión es que había entrado muchísima gente y que la pista iba a estar petada.



Por fin nos colamos un poco y conseguimos entrar. El acceso era muy lento por los registros y porque se entraba solamente por apenas 3 pasillos.

Y hete aqui que una vez dentro ¡¡otra cola!! esta vez para entrar a la pista. LA sensación de borreguez y cabreo iba subiendo cuando una jovencita nos abordó pidiendo por favor que le cambiáramos las entradas de pista por las de grada. Dudamos poco, basándonos en la impresión de llenazo que teníamos y nos decidimos ante su alborozo emocionado.

Primera buena obra del día.

Buscamos el asiento y nos sentamos con una cerveza, comprobando con estupor que la pista no estaba llena ni de lejos. El escenario bastante pequeño y lo que luego tuvo un impacto decisivo, las torres de sonido mínimas. La música de ambiente se oía bastante mal.

Visto el error ya solamente quedaba esperar y cruzar los dedos. Salieron un poco tarde y con Nightmare como estaba previsto. Y constatamos que el sonido era lamentable, no solamente escaso de potencia sino sin ningún brillo en los agudos, las guitarras prácticamente inaudibles y la voz perdida en un marasmo de rebotes graves. No fue solamente la primera canción, como pasa algunas veces hasta qeulos técnicos afinan el sonido, sino que la tónica siguió igual. Y a eso hay que añadirle que los que nos rodeaban, a pesar de lo mal que se oía berreaban las canciones sin parar. El maldito efecto karaoke de muchos conciertos que es tan asqueroso ya que no solo berrean las letras sino que hacen lololoo en las melodías de guitarra. Penoso.




El grupo en sí tampoco es que fuera la leche en escena y menos desde lejos. Unos fuegos y algún petardo, luces justitas. Así que nos fuimos hastiando poco a poco hasta que no aguantamos más y en cuanto la pregunta saltó, ¿nos vamos? la respuesta fue inmediata. Y encima no tenían CDs en el puesto de merchandising.

Salimos cagándonos en todo (34 pavos cada entrada) y prometiéndonos que NUNCA JAMÁS volveremos a Pestealegre para nada.

Había dos chavales sentados en la escalera con caras largas y les pregunté si estaban solamente escuchando o si se habían quedado sin entrada. Y resulta que les habían robado la mochila con las entradas esa misma tarde. Les ofrecimos las nuestras y con las buenas artes de Laura, que convenció al jefe de los seguratas, entraron a ver la segunda parte al menos. Alguien que fue feliz por un rato tampoco está mal. Segunda buena obra del día.

Y esta es la historia y la conclusión: VISTALEGRE no vale para nada, lo mejor sería quemarlo.

viernes, 15 de abril de 2011

ESTOY HASTA LOS HUEVOS DEL BARÇA Y DEL MADRID: ME LA PELA 2011




Mientras el país se acerca a unas importantes elecciones con los partidos mayoritarios ofreciéndonos el lamentable espectáculo de siempre, mientras el Gobierno va vendiendo lo poco que le queda a la economía española al mejor postor en los zocos internacionales, mientras el clamor se va extendiendo sobre los desmanes de la banca entre una parte de la población, toda la atención mediática y, desgraciadamente, la de una mayoría de la sociedad, totalmente alienada, se vuelca en el enfrentamiento pseudodeportivo entre dos monstruosidades del desplifarro que se dicen equipos de fútbol.

Ante esto yo vuelvo a gritar ¡¡ME LA PELA!!, aunque sea un alienígena en este país dividido, no pienso prestarla la más mínima atención al asunto, más allá del inevitable bombardeo que nos darán con unos y otros. Y no pienso ver ni uno solo de los partidos, obviamente.

Y en fin, ya que no pueden perder los dos, que pierda el Madri$$.

martes, 5 de abril de 2011

ROGER WATERS: THE WALL LIVE. Palacio de los Deportes, Madrid. 25 de Marzo de 2011.



Lo primero he de reconocer que en su día a The Wall no le presté demasiada atención. Fui muy "pinfloydiano" sobre todo en la época desde el Atom Heart Mother hasta el Wish You Were Here, sin duda uno de los discos de mi vida, mi primera compra de discos fueron dos y uno de ellos fue ese. Pero cuando salió The Wall yo estaba ya en otras historias y salvo el single, que no me gustaba demasiado entonces, no llegué a escucharlo mucho. La película la vi en aquellos tiempos, pero tampoco fue de las cosas que me dejaron mucha huella entonces.

Pero con el tiempo y la escucha pausada me di cuenta de que The Wall era y es hoy día una obra maestra. Un compendio de grandes canciones enlazadas en una complicada historia de tintes personales. Roger Waters se psicoanalizó en el disco y nos mostró muchas de sus frustraciones interiores.

Todo esto hacía la cita ineluduble cuando el concierto se anunció y, a pesar del altísimo precio de las entradas, estaba convencido de que el espectáculo iba a merecer la pena, como así fue.

Desde el primer vistazo se veía que el montaje era grandioso. El muro a medio construir ocupaba toda la anchura del recinto (¿70 metros?) y se veían columnas de sonido distribuidas por todo el Palacio, no solo encima del escenario. La gran pantalla redonda, imprescindible en cualqueir show de Pink Floyd desde los montajes de los 70, presidía el centro.

A la hora en punto las notas de trompeta anunciaban el principio del concierto, resonando por todos lados y arrancaba un furibundo In the Flesh, con los martillos cruzados presidiendo la gran pantalla, banderas al viento, Waters enfundado en cuero y toda clase de pirotecnia acentuando el riff principal. El sonido es sencillamente perfecto, espectacular. Y para cerrar el tema, después de un despliegue brutal de petardos y explosiones, un avión de caza a tamaño natural, sobrevuela la parte derecha del Palacio, para acabar estrellándose en llamas detrás del Muro. Solamente es el primer tema y ya nos hemos quedado con la boca abierta.




Durante la primera parte asistimos a como las frustraciones del personaje central van construyendo a su alrededor un muro impenetrable, vemos, mediante proyecciones en el muro que va creciendo imperceptiblemente y en la pantalla, la muerte del padre y su ausencia, la madre absorbente y sobreprotectora, la escuela alienante, el amor frustrado y como el muro va creciendo. Hay marionetas aterradoras, un grupo de chavales sale para "interpretar" Another Brick in the Wall pt II, con gran alegría, aunque las voces parezcan grabadas. Waters hace una escalofriante interpretación de Mother a dúo consigo mismo, con un Roger 30 años más joven que nos canta desde una proyección multiplicada. Y ladrillo a ladrillo, el muro va completádose hasta que, con la declaración solemne de Goodbye Cruel World, se cierra y se anuncia un intermedio presidido por la ominosa presencia del terrible muro que oculta el escenario.



La segunda parte arranca con Hey You, interpretada desde detrás del muro, toda la primera sección sin que en el mismo pase nada, Luego la proyección nos da la sensación de que lo abre pero solamente para mostrarnos los monstruos que hay fuera. EL muro solamente nos permite atisbos de lo que ocurre detrás, músicos que se asoman por pequeñas aberturas o Waters interpretando Nobody Home en la habitación en la que se ha encerrado. Vera es estremecedora, con las imágenes de una niña reencontrándose con su padre soldado y despúes Roger se muestra para pedir a gritos que los Soldados vuelvan a casa, mientras en el muro se proyecta una tremenda cita de Eisenhower: "Cada arma disparada, cada máquina de guerra, cada cohete lanzado es un ROBO a todos aquellos que tienen hambre y no tienen que comer y a todos aquellos que tienen frío y carecen de cobijo" (traducción libre y de memoria). Las imágenes y los mensajes son tan estremecedores que apenas puedo contener las lágrimas.




Waters sigue solo a este lado del muro y se escuchan las llamadas y los avisos de que es la hora de irse y la gran pregunta ¿Hay alguien ahí? se vuelve a escuchar. Pero no, no hay respuesta porque estamos Confortablemente atontados. Comfortably Numb suena, como todo el resto, espectacular. Waters está abajo del muro y sobre él aparece el segundo cantante y Dave Kilmister que se marca un solo memorable. Al principio el muro es gris y sólido pero después, a gestos de Roger, se convierte en un kaleidoscopio psicodélico, un festival de colores, maravilloso.

La recta final del concierto, es introducida por el coro de cinco cantantes de la banda, que forma al completo ya, delante del muro. The Show Must Go On prácticamente "a capella" y luego el muro se transforma en la sala del mitin, Waters vuelve a enfundarse en cuero y los martillos cruzados presiden el escenario. Sobre el muro se proyectan conceptos, todos ellos precedidos por la i que ahora parece que lo ocupa todo, ilearn, iprotect... Ante eso el consejo es correr, You'd better run, Run Like Hell. Mientras un gigantesco jabalí sobrevuela la pista.



Un momento memorable detrás de otro, los martillos desfilan en el muro, Waters ametralla a la audiencia y finalmente llegamos al juicio. Usando las proyecciones de la película vemos al juez, al profesor, a la madre y a la amante hasta llegar al veredicto final TEAR DOWN THE WALL, TEAR DOWN THE WALL.



Y el muro se derrumba estrepitosamente, entre explosiones y nubes de humo. En la pantalla una sombra de mujer desciende y nos saluda, mientras en un lateral un niño aplaude...



Y ya fuera del mro vemos a la banda al completo tocando la última pieza. Waters está feliz y orgullos de su obra, aunque hace 30 años estaba "very fucked up". Ha sido una catarsis y una experiencia única e inolvidable. Esperaremos ansiosos al DVD oficial.



No hay muchas fotos ni muy buenas, enseguida me di cuenta de que si me dedicaba a hacer fotos me perdía demasiados detalles. Así que esto es lo que hay.

jueves, 31 de marzo de 2011

Medio siglo, señoras y señores, medio siglo.


Bueno, bueno, bueno, bueno.

El lunes es mi 50 cumpleaños. Medio siglo. Por un lado la cifre impone un poco o tal vez un mucho. Pero por otro en realidad no tanto. Afortunadamente no me siento distinto que hace 20 años, más calvo, más o menos igual de gordo y con muchos más dolorcillos, lógicamente. Pero más maduro, más completo, mucho más sólido en mis convicciones y mucho más capaz de hacer cosas de lo que era entonces.



50 años dan para mucho. Para saber que tengo la mejor familia del mundo, una piña sólida que ha cubierto los momentos más duros con un amor, una unidad y una entereza que son un ejemplo. Todo viene de mis padres a los que nunca estaré bastante agradecido por los valores que nos inculcaron y el amor que nos dieron. Y eso se refleja en nosotros y el resto del mundo puede verlo a través de nosotros también.



Puedo estar orgulloso de tener amigos de verdad, mucha gente que me quiere y que me ha apoyado en los peores momentos, que sé que están ahi siempre. Y soy afortunado porque sigo haciendo buenos amigos. Gente con la que disfruto de pequeñas y grandes em ociones, desde unas tapas a unas carcajadas o un partido de baloncesto.



Y soy un tipo afortunado porque a pesar de que me costó mucho, encontré a mi compañera. La mujer que está ami lado desde hace más de cinco años, haciéndome, si cabe, aún mejor, porque "juntos, codo a codo, somos mucho más que dos". Una fortuna increíble porque lo compartimos todo, laas pasiones, los gustos e incluso los vicios, con total franqueza, con un amor maduro y profundo por un lado y adolescente y espumeante por otro. Algo que, sin haber llegado a desesperar, ya no pensaba que me ocurriría. Y además me ha dado una familia y el privilegio de colaborar en la educación de unos chavales. No he tenido hijos biológicos pero ahora los tengo de alguna manera.



En tanto tiempo, en el camino se ha quedado gente, algunos valiosos, otros no tanto. Pero los caminos se separan y llega un momento en que es díficil volver a encontrarse. No me arrepiento ni me preocupa demasiado, es la vida, te da por un lado lo qeu te quita por el otro.

Y otra cosa fundamental en mi vida, desde aquel año 1974 en que empecé con mi amigo, que lo sigue siendo hasta hoy, Alfonso, a escuchar discos, es la MÚSICA, así con mayúsculas. Muchos años de canciones, de discos y de conciertos. Muchos años de momentos inolvidables, desde aquellas tardes en Cercedilla tirados en mi cuarto con los "cubatas del copón" escuchando Pink Floyd, a las fiestas en Mirasierra dando botes como locos con My Generation o el Surrender de Cheap Trick o el Love on the Telephone de Foreigner, o bailando pogo con los Ramones o dando saltos con los Jam a principios de los 80.



Desde aquel primer concierto en 1976, Cinco horas de Rock Español, con Granada, Triana,Burning, Atila e Iceberg en el Pabellón de la Ciudad Deportiva, al concierto del gran Rory Gallagher el 3 de marzo del 79, o a los conciertos en el Marquee, en el viejo Palacio de los Deportes o los míticos San Isidros en el Parque del Oeste, ¡¡GRATIS!!. O ya más tarde, cuando empecé a tener posibles y empecé a viajar, sobre todo para ver a YES. Grandes momentos de felicidad que siguen ocurriendo, la emoción sigue estando ahí y mientras el cuerpo aguante ahí estaremos, porque el rock nos mantiene jóvenes, con la mente abierta y el espíritu libre.

Y aunque perdamos muchos partidos, ir con los que ganan es muy fácil, ser del Estudiantes me parece mejor.



Así que felicidades a mi mismo y a conquistar los próximos 50 con la cabeza alta, rodeados de amor, una sonrisa en la boca, ba-lon-ces-to y mucho, mucho rock'n'roll.