jueves, 26 de agosto de 2010

Al Palacio a ver al Estudiantes

¿Dónde vas con turbante y chilaba?
¿Dónde vas con la bufanda azul?,
Al Palacio a ver al Estudiantes
Y a reirnos de los Ultrasur.

¿Dónde vas con con esa borrachera,
Y con esa botella de Dyc?,
Al Palacio a ver al Estudiantes
Humillando de nuevo al Madrid.





Gracias a la inquina que Espe le tiene al Faraón vamos a volver a jugar en el Palacio de los Deportes. Después de muchos dimes y diretes, de haber conseguido que el tema se discutiera nada menos que en un pleno de Ayuntamiento, en el que el Vicealcalde Cobo, otro de los "adorados" por Aguirre, no paró de soltar falsedades y medias verdades y también en 59 Segundos, donde el ínclito Faraón le lanzó el guante a la lideresa. Y como a Espe Gallar no le tose, ésta decidió por unanimidad (que viene de UNA, claramente), que volviéramos allí. Y así ha sido, cualqueira le lleva la contraria a la señora marquesa.

Que sea este el motivo es un poco lamentable, pero por otro lado hay que alegrarse, porque las opciones que quedaban eran francamente espeluznantes.

Volvemos al Palacio casi una década después del "misterioso" incendio, y, aunque ya no es el mismo lugar ni de lejos, sí es el recinto donde Nacho Azofra sentó catedra durantre años, donde John Pinone llevó a lo más alto su inteligencia en el juego, donde Ricky Winslow y Pelotilla Thomson masacraron los aros sin piedad año tras año, donde Rafa Vecina y Shaun VAndiver demostraron que el baloncesto se juega con la inteligencia, mucho más que con el físico, donde Carlos Jiménez, Gonzalo Martínez y Felipe Reyes debutaron y se hicieron jugadores, donde Orenga mantuvo duelos tremendos con Sabonis, donde el Yeti no9s deleitó con su tiro elegantísimo y dónde Alberto Herreros llegó a lo más alto y también a lo más bajo.

Un lugar que ahora es un monumento al despilfarro, con un gasto desorbitado en su rehabilitación y además una construcción mal diseñada y que tiene serias deficiencias como lugar para ver baloncesto, al contrario que el Madrid Arena, pero que tiene que ser la plataforma sobre la que, con inteligencia por parte de la Directiva para captar aficionados y con la garra y el buen juego del equipo para fidelizarlos, el Estu vuelva a estar entre los grandes de la liga.

El debut va a ser sonado, nada menos que contra el Trampa$$. Así que volveremos a cantar la canción y a intentar llevarla a cabo.

martes, 10 de agosto de 2010

High Voltage Festival, London, Day 2 25 Julio 2010

Como es natural, después del palizón del primer día, el segundo nos lo planteamos con más calma. Para empezar había menos bandas que considerábamos imprescindibles, lo cual nos daba más margen para tomárnoslo relajadamente.

Y lo hicimos, por supuesto nada de madrugar, un buen desayuno y con bastante calma paseamos hasta el parque ya que nuestro primer objetivo era Steve Hackett en el Prog Stage pasada la 1 de la tarde.

Sin ningún tipo de problemas entramos rápidamente, una rápida visita al puesto de primeros auxilios para encontrarnos con la sorpresa de que no tenían ningún tipo de crema de protección solar. Aunque el día estaba nubladillo las precauciones nunca sobran porque yo me había achicharrado la parte izquierda del cuello y los antebrazos el día anterior.

Viendo que ya parecía que empezaba nos acercamos al escenario y descubrimos que los que estaban tocando eran Wishbone Ash en su encarnación actual y no Steve Hackett. Con esa banda lo hemos intentado, escuchado Argus el disco clásico que iban a interpretar sin encontrarle nada emocionante, así que decidimos irnos a dar una vuelta.

Le echamos un vistazo al cine y nos tomamos un respiro a la sombra escuchando de lejos a los Quireboys que estaban en el escenario principal. Hicimos unas compras mientras pasaba el tiempo. Y mirando el facebook del festival vimos que había cambios de horario anunciados en el Main Stage y que Hackett había cambiado la hora de actuación.

Este cambio nos descuadró el día bastante, hizo que nos perdiéramos el rato que pensábamos ver de UFO y de Uriah Heep, pero bueno, también hizo que no nos pegáramos la paliza del día anterior.



El concierto de Steve Hackett fue vergonzosamente corto, parece ser que los pesados de antes se alargaron más de la cuenta y a Steve le hicieron pagar los platos rotos. En cualquier caso en cinco temas demostró sobradamente la magnificencia de su música.



Con una banda buenísima, con un bajista espectacular no solo en su presencia física, como se puede ver en las fotos y la absoluta maestría de un guitarrista inconmensurable fue uno de los conciertos del festival sin duda. Tocó poco pero su interpretación de Ace of Wands fue enorme y el final, a pesar de los pequeños problemas de sonido con un mix entre los Endos y otros pequeños bits de Génesis fue apoteósico.



Nos supo a poquísimo, la verdad y nos dejó con ganas de más. Hora de comer, medio pollo con patatas para cada uno y rato de relajo a la sombra otra vez mientras Bachman & Turner nos amenizaban.


Nos acercamos un poco al Prog Stage para charlar con nuestras amigas americanas y escucahr un par de canciones de Magnum. No sonaban mal pero Bob Catley tiene la voz para pocos alardes desgraciadamente.

El siguiente plato fuerte en el escenario principal era Joe Bonamassa. Todas las referencias que teníamos, desde el boca a boca, lo que habíamos visto y escuchado nos hacían esperar un gran concierto, y a fe que lo fue, muy muy grande.



Bonamassa es un guitarrista con enorme técnica, muchísima sensibilidad, una voz cálida aunque no muy bluesera y una gran presencia en escena. Salió con fuerza con su guitarra de doble mástil, cosa que no entendí porque no se cambió en ningún momento, aunque eso sí, un rato espectacular. El tema era uno de sus emblemáticos, The Ballad of John Henry.


Cuando cambió a una preciosa Les Paul dorada entró en un maravilloso
espíritu de blues Se marcó un intenso Young Man Blues, ante un público no precisamente Young, por cierto.


Después sacó una otra joya de guitarra, esta vez roja (Music Man Albert Lee según he podido saber después) y se marcó un tema super intimista, sacándole casi lágrimas a las seis cuerdas, una preciosidad absoluta. Luego volvió a la Les Paul par aun pa de temas y el final fué apoteósico.





La guitarra que nos enseñó fue una bellísima Gibson Flying V dorada, una auténtica joya para la vista y para el oido y después de calentar al público provocándonos desde varios puntos del escenario se lanzó a un tremendo Just Got Paid, versión de ZZ Top que ha hecho suya y en la que además introduce, en pleno delirio guitarrero, partes de Dazed and Confused de Led Zeppelin, bordando los solos y el sonido de Page, incluído el Theremin, y terminando con una apoteosis rockera total.


La verdad es que también supo a poco. Joe Bonamassa queda apuntado como uno de los imprescindibles. Hay que seguir detenidamente su nuevo proyecto, Black Country Communion, ya que una banda en la que están el propio Bonamassa, Glenn Hughes, Derek Sherinian y Jason Bonham tiene una pinta cojonuda.





Nuestra siguiente parada prevista era el Metal Hammer Stage, única vez en el festival, para ver a Opeth. De las tres veces que hemos visto a la banda de Mikael Åkerfeldt, dos ha sido en Festivales y me ratifico en que no es el mejor sitio para disfrutar de su música. Ni el entorno ni el ambiente de alrededor colaboraban a sumergirse en su música, las partes suaves se perdían bastante y las más duras no llegaron a engancharme.



Además se veía a Mikael un tanto perdido y no tan bocas como habitualmente. Intentó un par de chistes que no llegaron a la audiencia en absoluto. Así que me dediqué a hacer fotos sin preocuparme mucho de la música.



A pesar de que el día iba tranquilo, los cuerpos ya estaban bastante machacados, así que escuchamos el rato de Marillion aprovechando la hospitalidad de las americanas y tumbados en la manta que habían plantado al lado del Prog Stage los dos días. Lo qie escuché, aunque sin prstarle mucha atención, me sonó francamente bien. Otros a los que les debo un poquito más de atención.

Tras una sentida despedida de Donna, a la que hacía 6 años que no veía, desde mi último viaje a USA y última gira de YES con la formación clásica, nos fuimos para el Grand Finale.

ELP eran una de las razones fundamentales del viaje. Simplemente porque casi con toda seguridad podemos afirmar ahora mismo que ha sido "una vez en la vida". No creo que haya ocasión de volver a verlos. De esta forma hemos podido disfrutar en un concierto único a una de esas bandas míticas que en su día fue totalmente imposible ver.

Tomamos posiciones en el lado de Emerson, claro. La colocación era la de siempre, Emmo a la izquierda con sus teclados y el viejísimo sintetizador con todo su panel de interconexiones, Carl Palmer en el centro con una batería más discreta que en los viejos tiempos, eso sí, con los dos Gongs detrás, y Lake a la derecha, alternando el bajo con la guitarra acústica.

Y salieron, como era de esperar, con Karn Evil 9 en la parte famosa Welcome back my friends, to the show that never ends... Una salida bastante espectacular y la audiencia se entregó enseguida. Muchas sonrisas en el escenario y en el público.



Siguieron con The Barbarian y empezó a verse el sufrimiento de Emerson y su mano derecha. Apenas puede usar tres dedos y se nota, aunque se apaña para hacer una excelente versión de la canción. Ver a un teclista de su talla en estas condiciones es por un lado bastante triste, pero tiene tantísima técnica y experiencia y le echa tantos huevos que lo hace absolutamente admirable. Si a eso le añadimos que Palmer está en plena forma y hace una demostración de como se toca y que Lake suena de maravilla, con la voz casi perfecta y un sonido de bajo brutal, la versión es acojonante.


Tras una excelente interpretación de Bitches Crystal, Lake aranca con la famosa linea de bajo de Knife Edge. Usa un tono de voz muy lúgubre que le da un punto enorme a la canción, el bajo suena espectacular y Emerson se luce sin problemas. Otra versión enorme.



Lake después cambia a la acústica y hace una preciosa From de Beggining, con solo en la guitarra incluído mientras Keith le pone arpegios al piano. Eso sí, el solo de moog Emerson lo hace exclusivamente con dos dedos, el pulgar y el índice, a pesar de eso, es memorable, con la misma emoción de siempre.

Touch and Go nos hace abandonar un poco la era clásica. Buena interpretación de una canción más fácil de tocar que sirve para ver que Lake sigue muy bien de voz y de paso Keith descansa.



No hay muy buena luz ni colocación para hcer fotos decentes así que como empiezan a tocar Take a Pebble decido grabar un video. La canción va avanzando, preciosa como siempre, Lake haciendo un trabajo perfecto y cuando llega la parte central Keith se queda solo al piano y, ¿que es esto? su mano izquierda toca un pasaje de Eruption, el principio de Tarkus, no puedo dejar de grabar ahora, ¡¡ni de coña!! porque no es el principio solamente. Emmo se lanza a una versión al piano solo del tema que yo quería escuchar... Bueno, algo es algo, pienso, cuando Palmer y Lake vuelven y Stones of Years suena ya con la banda al completo y así hasta el final, incluído mosqueo de Lake pidiendo más monitores a gritos a los técnicos que están a su izquierda. Espero que se oiga en la grabación del concierto que estoy esperando. Keith sacó su clásico cacharro (Ribbon Controller) para lanzar fuegos artificiales y frotarselo por el trasero de los pantalones como en lo viejos tiempos. No grabé hasta el final porque cuando llevaba 11 minutos mi brazo y mi espalda ya no podían más. Sueño cumplido, Tarkus en directo, ¡¡AAAAHHH!!.




Farewell To Arms, Gran interpretación de Lake de una canción no especialmente brillante de la última época de la banda, pero que suena muy bien y de nuevo permite el descanso a todos. Lucky Man cierra esta parte, no muy brillante ni memorable versión la verdad. Es presentada por Palmer y la tocan competentemente pero sin demasiado lustre. Keith vuelve a hacer el solo en el viejísimo moog pero este sí sufre un poco de sus carencias físicas. Es correcto pero no llega a emocionar.



Y entonces Emerson se dirige al micrófono y grita We'll give you Pictures at an Exhibition!!. Y se marcaron una versión excelente, recreada de nuevo, sonando a clásico pero con nuevos arreglos y diferentes acercamientos a algunas partes. Sensacional, sin paliativos, una obra maestra en cada interpretación. Y el cierre, apoteósico y con regusto a final. Igual que hicieron 40 años atrás en su debut en el Festival de la Isla de Wight sacaron un par de cañones y los dispararon, aunque con menos riesgo que entonces. Una traca final, que como digo tiene el sabor a despedida que se iba respirando en el concierto.



El bis es un Fanfare for the common man alargado con solo de batería de Palmer, despelote y lorza incluída, gongs a troche y moch, maltrato de Emmo a un Hammond con sus cuchillos y golpes y demás y fuegos artificiales para terminar.

Abrazos y caras de felicidad en los tres, a pesar de la edad, los inconvenientes físicos y todo lo demás se habían marcado un concierto memorable, histórico y que personalmente creo que va a ser el último en su carrera. Y nosotros estábamos allí para ser testigos de ello.

Personalmente espero que el High Voltage consiga en los próximos años carteles tan completos y emocionantes como el de este año. Si es así no hay duda que volveremos.